28.11.04

Arrugando los días

Acabo de hacerlo de nuevo y por primera vez he sido consciente, realmente consciente del placer que en mi produce cuando llegada la media noche o justo antes de acostarme arranco la hoja del calendario correspondiente al día que termina.

La arranco con decisión y luego la estrujo en el puño, haciendo una bolita con ella. La estrujo con fuerza, como queriendo evitar que se le ocurra volver a extenderse, no vaya a ser que le de por ponerse de nuevo en la pared. Luego retiro la silla y con un tiro de "efecto" la lanzo a la papelera que tengo bajo la mesa.

Es todo un ritual nocturno...siempre después de escribir a "mi cielo" para desearle buenas noches y contarle como me fue el día y nunca antes de cambiar el contador que tengo en mi nick del Messenger.

Antes de conocer a "mi cielo" ese calendario andaba siempre atrasado, más de una vez lo he retirado en Diciembre mostrando todavía el mes de Marzo, pero desde que comenzó la primera cuenta atrás allá por finales de Abril de este año, siempre está al día.

Y cada vez que arranco una de esas hojitas respiro relajada, un día menos en nuestra cuenta a trás. Probablemente cuando lleguen estas fechas del año que viene el nuevo calendario del 2005 siga marcando Enero o Febrero, porque el transcurrir de los día ya no será importante.

24.11.04

Mira la luna mi amor

La descubrí este sábado, muy prontito, a las cuatro o las cinco de la tarde. El cielo de un azul raso, completamente despejado, el sol comenzando su descenso pero aún de un dorado penetrante y, de pronto, entre el inigualable marco de montañas a mi izquierda y el valle a la derecha, allí estaba ella, radiante, orgullosa... aunque aún incompleta...ella...la luna. Blanca, clara, grande y cercana, tanto que me pareciá poder tocarla. La estela de un avión la atravesó y mis pensamientos volaron con él inmediatamente hacia el otro lado del mundo, hacia tí; y vi tu cara, y vi tus ojos y tu maravillosa sonrisa, esa que tanto me gusta, la que ilumina todo a tu alrededor.

Desde el sábado me acompaña, la veo a diario cuando regreso a casa. Cada día un poquito más grande y, siempre que la veo, mis pensamientos cruzan el oceano. Pero hoy ha sido especial. Una de esas vistas, uno de esos momentos, que se desean guardar en la mente para siempre, que emocionan por lo bellos que nos parecen.

Caía la tarde de un día raso y claro, frío y soleado, típico del invierno madrileño. El cielo, que había sido de un intenso azul claro durante todo el día, comenzaba a tornarse de un azul algo más oscuro frente a mi. Mientras yo conducía desde el sur al norte de Madrid de regreso a casa, con la música de nuestro ídolo, "Motivos", sonando de fondo. Y, de nuevo, surgió ella frente a mi, casi llena, blanca pura en el centro y medio transparente, dejando entrever el azul celeste por un costado. La miré y respiré hondo, un suspiro surgió de mis labios a la vez que dirigía mi mirada al espejo retrovisor para realizar un adelantamiento y, de pronto, tras de mi le vi, grande, rojo, brillante y resplandeciente...el sol.

Los dos frente a frente, el sol y la luna mirándose intensamente por unos momentos del día. Unos pocos instantes que les permite coincidir, saludarse y decirse cuanto se extrañan. Él se iba a dormir...ella comenzaba su jornada. El sol y la luna, cada uno a un lado del mundo...como tu y yo. La diferencia, cielo mío, es que ellos nunca podrán estar juntos más de esos instante al día y, nosotros, nos reuniremos en apenas un mes.

Hasta entonces, mira la luna mi amor, y suéñanos compartiendo un largo y cálido abrazo bajo su luz.

18.11.04

Desvaríos de bb

Pensativa y ausente, así me encuentro desde hace un par de semanas. Con la cabeza realmente en ningún sitio de forma consciente y cruzando el mar Atlántico con los más profundos pensamientos.

Hay miles de cosas por atar antes de finalizar el año y parece que todos los nudos se desatan cuando intento hacer la lazada. Y me refiero a las cosas cotidianas, del día a día. Hago listas con lo que quiero hacer en el día y cuando regreso a casa hice la mitad. Lenta de reflejos me encuentro. Parece que nada consigue acabarse y el 2005 está ahí a las puertas acechante. Como avisando de que la barrera a cruzar está cada vez más cerca.

Cada año es lo mismo, ¿porque esa sensación de que hay que terminar todo hasta Navidad? Es realmente estresante hasta que llegan las vacaciones, pero no porque haya mucho que hacer, sino porque los días discurren medio lentos, aletargados...como yo.

Y este año aún más, claro, no solo está lo de cada año...este año es distinto. Este año realmente se cumplirá el dicho para mi: "Año Nuevo, Vida Nueva". ¡Y vaya si se cumplirá! Y lo que más me sorprende es el transcurrir de los días, de forma normal, como si ese gran cambio no se fuese a producir. Todo está dispuesto en casa y esperando a "mi cielo", pero hasta que no estemos juntos en Madrid no me lo terminaré de creer.

Navidades... creo que es el primer año desde que estoy de nuevo en España que me alegra que lleguen. La Navidad en si siempre me ha gustado, el ambiente en las calles, el olor a invierno, las luces, las castañas asadas, los villancicos, las tradiciones austriacas que por cuestiones obvias continuo manteniendo para mi hijo como las galletas de Navidad, la corona de adviento...

"Advent, Advent
ein Leuchtlein brennt,
erst eins,
dann zwei,
dann drei,
dann vier,
dann ist das Christkind
vor der Tür"

...yo también la aprendí en el colegio, como mi chiquitín. Lo dicho, la época me gusta, sin embargo, las fechas señaladas, la verdad, habían perdido emoción. En casa de mis padres son serias y aburridas y no como yo recuerdo de pequeña, donde amigos y vecinos pasaban por casa y se organizaba "jarana". Se ha ido perdiendo...una lástima. Lo único que espero ansiosa cada año es la cara de mi hijo el día 24 de Diciembre cuando ve los regalos bajo el arbol de Navidad, esos ojitos, esa alegría...vale millones. Este año, además, tengo nueva ilusión...pasar el fin de año con "mi cielo" y su gente, en verano, a 10.000 km de casa y con otras costumbres...me fascina. Otras costumbres a incorporar, a partir de ahora las Navidades tendran tintes españoles, argentinos y austriacos...¡no está mal!

Y el 2005 sigue ahí acercandose tranquila e impasiblemente y recordándome que esta vez si que es un verdadero final y comienzo de una etapa de mi vida.

14.11.04

Esto no es Hollywood

Desde pequeños el cine nos acostumbra a que todo tiene una solución, llegamos a la adolescencia y en el cine vemos historias de amor perfectas con finales felices. Crecemos y llegamos a ser adultos y Hollywood nos sigue encandilando con sus historias de amores imposibles que terminan siempre siendo posibles. Y en nuestra realidad, la del día a día, esa "gran historia de amor" o parece que no llega o creemos que llega y luego fracasa o cuando llega no está exenta de esfuerzo. Decididamente Hollywood nos engaña. La vida es de otra forma.

Pongamos, para variar y como no podía ser menos en este blog, el tema del amor, de las relaciones de pareja. Durante este año que dentro de poquito acaba, he cambiado mi forma de ver las cosas en este sentido, me he dado cuenta de que es posible amar y respetar al otro y aceptar la realidad existencial de que no todas las cuestiones se pueden resolver, sobre todo si para ello es necesario que ocurra algo imposible. Muchas veces pensamos que nuestra pareja es la causa del conflicto, cuando en realidad se trata de un conflicto interior propio, que primero debemos resolver con nosotros mismos, para después poder entender el punto de vista del otro.

Y digo entender, no aceptar con los ojos cerrados. Me refiero a entender porque el otro piensa de una determinada forma y aceptar que su forma de ser es esa, aunque podamos estar en desacuerdo. Es imposible estar en todo de acuerdo, es más, sería aburrido y poco enriquecedor, ya que para llegar a la verdadera unión en la pareja es necesario incorporar los dos puntos de vista. Yo por ejemplo soy la soñadora de los dos, la que echa a volar la imaginación, la que se ciega completamente cuando tiene una meta por delante sin pensar en las paradas necesarias para llegar a la meta, suelo encelarme rápidamente con las cosas, tanto es así que mi "mentor" profesional me dió el sobrenombre de "polvorilla". "Mi cielo" es la parte lógica, realista y calmada, la que me devuelve al suelo y me hace pensar con calma muchas cosas que hasta ahora nunca me había planteado, la que a veces, y a pesar de que no me gusta verlas, me muestra las paradas necesarias antes de continuar el camino, la que va actuando de "freno de mano" cuando "polvorilla" enciende la mecha.

Si no tenemos flexibilidad para pasar a entender la forma de pensar del otro, tendemos a rechazarle, si tenemos la valentía de arriesgarnos a entender su manera de pensar incorporamos cosas nuevas a nuestra forma de ser, nos abrimos a un pensamiento nuevo y a una manera diferente de enfrentarnos a la vida.

Y citando a Silvia Salinas os dejo el siguiente pensamiento:

"El amor empieza cuando descubro DE VERDAD al otro. Ya no es una idea de lo que debería ser, sino alguien nuevo que me sorprende con su originalidad.
Allí empieza el amor: con la sorperesa, con el descubrimiento...
En cambio, si solamente intento hacer encajar al otro en mis viejas ideas, no ocurre nada. Por lo menos nada "amoroso".
Abrirse al amor es abrirse a lo nuevo...
Amar es abrirse a lo real."
Si algo aprendí de mis anteriores experiencias, es que no puedes cambiar a nadie, las personas sólo cambian si ellas mismas lo desean, porque lo necesitan para si mismas, pero no lo hacen por otra persona. Nadie es perfecto, yo no lo soy y "mi cielo" tampoco, pero a mi me gusta así con sus imperfecciones incluidas. La perfección, al final, resultaría aburrida.

(Llevaba ya varias semanas con este post en la cabeza pero no terminaba de cuajar. Y hoy despues de varios días sin postear por fin me he decidido a escribirlo. Es una reflexión sin nada que leer entrelineas. Es, simplemente, uno de los grandes valores que esta relación me está aportando como persona.)

9.11.04

¿Quién conoce el futuro?

Durante el instituto tuve una amiga cuya abuela tenía sangre brasileña en las venas. Ella siempre nos contaba que su abuela sabía adivinar el futuro con la baraja española y que le había enseñado a ella también. En los descansos entre clase y clase o cuando no nos apetecía ver la cara a algún profesor, las chicas nos escondíamos bajo las escaleras que llevaban a gimnasio y ella nos leía el futuro. Medio en juego y entre risas predijo la alarma de embarazo de una chica del grupo que se cumplió. Por suerte fue eso, alarma y nada más.

A mi siempre me habían atraido las ciencias ocultas y en aquella épocan leía bastantes libros sobre el tema. No se si creer o no, sólo se que siempre me dió mucho respeto y me lo sigue dando jugar con estos temas. Por ejemplo, cuando llegó la moda de jugar con la Tabla Ouija yo me negué siempre a participar. Realmente no me parecen temas con los que se deba jugar o experimentar con un grupo de adolescentes histéricas. Sencillamente prefería curarme en salud...por si acaso "funcionaba" y "despertábamos a algún espíritu". A esto en realidad se le llama miedo. Pero eso no lo iba a decir entonces.

El caso es que cuando se cumplió la predicción me interesé por la lectura de las cartas. Tarde un tiempo pero convencí a esa amiga para que me enseñase. Me dijo que no sabía hacer la lectura completa, porque su abuela se negó a enseñarle como detectar la combinación de la muerte. Por lo tanto ella me enseñaría con la misma falta de información. No me importó demasiado. No se si de verdad supe en algún momento echar las cartas o no. Se que lo hice durante unos dos años. Era el pasatiempo de mis amigas y mio el fin de semana. Naturalmente lo que queríamos saber eran banalidades. Si conseguiríamos al chico que nos gustaba, si mantendríamos la relación que teníamos, si nos casaríamos con nuestro novio, cuantos hijos tendríamos...en fin, locuras de los 18 años (más inocentes que los actuales 18 de algunas, por cierto).

Yo me eché las cartas a mi misma por última vez un verano en casa de mi amiga M. Por aquel entonces mi relación con el que yo pensaba que sería mi pareja para siempre hacía aguas por todos lados. En esa predicción salieron 3 hombres. Uno rubio, uno pelirojo y uno moreno (viva la variedad). No entendí muy bien lo que me decía. Predijo mi ruptura con aquel chico (el rubio) y me destrozó el corazón saberlo de antemano. Predijo otra serie de cosas que en aquel momento no encajaban por ninguna parte, pero que no se como quedaron en mi cabeza como un rompecabezas no resuelto. Durante los 11 años que han seguido a aquella predicción he ido reconociendo algunas de aquellas piezas con cierta sorpresa. Son como flash-backs y siempre los reconozco a posteriorí. Es decir, cuando ya han ocurrido y pasado un tiempo, a veces meses rememoró la situación y de pronto me viene a la cabeza lo que me leí a mi misma y me sorprendo viendo que le veo el sentido a aquellas cartas.

Aquella fue la última vez y me prometí a mi misma no hacerlo nunca más ni dejar que nadie me las echase a mi. Hoy ya ni recuerdo como se hacía, lo he olvidado todo. ¿Por qué? Porque pienso que si no soy feliz, la predicción no me va a ayudar, probablemente solo me confunda porque interpretaré lo que quiera escuchar en ese momento para sentirme mejor. Y si por el contrario soy feliz...no quiero saber que es lo que va a ocurrir, no vaya a ser que la combinación sea catastrófica y me amargue la felicidad. No es que crea que se cumple, pero desde luego si te dicen que algo va mal, seguro que empiezas a ver cosas malas por todos lados, simplemente, te influencia. Mi promesa en contra de la adivinación fue tal que hice prometer a "mi cielo" que él no se las dejaría echar cuando me enteré que alguién muy cercano a él sabe hacerlo.

Hace una media hora tuve de nuevo uno de esos flash-backs y una nueva pieza encajó...y me parece recordar que esta es la última de todas, al menos de las que recuerdo. Sigue sorprendiendome que haya vuelto a encajar despues de tanto tiempo...quizá equivoqué mi vocación.

4.11.04

Motivos

Por tu naturalidad.
Por tu entusiasmo.
Por tus palabras.
Por tus silencios.
Por estar ahí.
Por dejarme espacio.
Por atarme a ti.
Por escucharme.
Por tu espontaneidad.
Por aconsejarme.
Por apoyarme.
Por levantarme cuando caí.
Por sujetarme.
Por acompañarme.
Por dejarme caminar.
Por animarme.
Por redescubrirme.
Por no temerle a nada.
Por tu pensar positivo.
Por ilusionarme.
Por hacer brillar mis ojos.
Por tu visión de la vida.
Por adularme.
Por hacerme sonreir.
Por mostrarme el camino hacia adelante.
Por dejarme conocerte.
Por hacerme reir.
Por tu comprensión.
Por confiar en mi.
Por hacerme sentir mujer.
Por tu paciencia.
Por abrirte a mi.
Por leerme.
Por escribirme.
Por como me besas.
Por tu forma de ser.
Por tus abrazos.
Por dejarte querer.
Por tu sonrisa.
Por esas noches.
Por esos días.
Por quererme.
Por entregarte.
Por aceptarme como soy.
Por mostrarte como eres.
Por amarme.
Por dejarte amar.
Por dejarlo todo.
Por nuestros sueños comunes.
Por venir junto a mi.

Por todo eso y por mucho más yo te amo D.E.S.

3.11.04

Te necesito...

Hace ya días que lo siento. Y este sentimiento va en aumento y no lo puedo frenar. Cada segundo, minuto, hora, día que pasa el sentimiento aumenta. Necesito un abrazo suyo. Tan sólo eso, algo tan simple e inocente como un abrazo. Nada más. Sentir sus brazos rodeandome, su cuerpo junto al mio, su respiración en mi oido. Notar el latido de su corazón, embriagarme del aroma de su piel y su pelo, dejar que el calor de su cuerpo mitigue el frío de Noviembre. Recostar mi cabeza en su hombro, cerrar los ojos, dejarme llevar y sentirme protegida por sus brazos, por tus brazos "mi cielo". Ese es, en estos momentos, mi más ferviente deseo.