7.3.10

SER Coach

Parece fácil y sencillo a raíz de la avalancha de nuevos Coaches que están saliendo al mercado, pero SER Coach y ser Coach son dos cosas distintas.

La segunda es sencilla, con hacerte un curso de fin de semana en el que te enseñan un mero método de consecución de objetivos, ponerlo en la tarjeta de visita, contarlo a los cuatro vientos de forma altiva y con palabras grandilocuentes y lograr que te paguen por ello ya está hecho.

La primera es muy complicada y se tarda años de trabajo personal y autoconocimiento. SER Coach va mucho más allá de hacer Procesos de Coaching a los clientes. SER Coach implica una filosofía de vida, que va desde que te levantas hasta que te acuestas. Se trata de ser una persona íntegra con todo el entorno: la familia, los amigos, los vecinos, los clientes, los proveedores... con la sociedad en su conjunto, al fin y al cabo.

SER Coach implica un profundo autoconocimiento que pasa por trabajarse a uno mismo, igual que se pretende que un cliente se trabaja a si mismo. SER Coach pasa por hundirse en las profundidades de uno mismo, ser consciente de las propias limitaciones, bloqueos, ego, creencias, debilidades... pero también las fortalezas, capacidades, valores... de todo lo que implica SER, así sin más SER.

SER Coach se consigue trabajando, aprendiendo de forma constante de todas las situaciones que se ponen al alcance de uno mismo: de cada libro que cae en tus manos, de los artículos colgados en internet, de una situación con los hijos, de una conversación con la pareja, de una discusión con los padres, de un proyecto fallido, de una sesión con un cliente, de un viaje en taxi, de la persona que viaja a tu lado en el tren, del que se sienta detras tuyo en el café, de el intercambio de ideas con un compañero... todo tiene algo de lo que se puede aprender y todo tiene algo en lo que como Coach puedes impregnarlo con tu SER.

SER Coach nunca se acaba, SER Coach es un camino, no es un fin.

Imagen:  © Jan Gropp | aboutpixel.de

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