19.10.04

Los largos días de otoño

El cielo plomizo, el aire huele a lluvía, la temperatura exterior a ratos es tibia, a ratos es fresca. Viento racheado, grandes nubes entre blancas y grises se dibujan en el cielo. Se agradece llegar al calor del hogar, abrir la puerta y notar el calorcito. Ya se hace necesario cubrirse las piernas con una manta para leer en el sofá. Las luces de los salones se encienden a partir de las seis de la tarde, por más que se levanten las persianas la claridad se niega a entrar a partir de esa hora. La cama se viste de invierno con las fundas nórdicas, por la mañana se saca primero la puntita del dedo gordo del pie para tantear la temperatura exterior...que poco apetece salir del cálido cobijo del edredón. Se hace necesario adelantar el despertador diez minutitos, ahora cuesta más desperezarse. El agua de la ducha vuelve a humear, el espejo lleno de vaho...de nuevo se escucha el sonido del secador de pelo. Buscamos las bufandas, hay que estar preparados cualquiera de estos días la necesitaremos. Me siento alicaida, apesadumbrada, hipersensible y tristona... indudablemente ha llegado el otoño.

Creo que este otoño va a ser muy largo, se me va a hacer duro de llevar, si el sol no me acompaña, me cuesta verle lo positivo al día, solo quiero que pase, que se termine, que se descuente de esta cuenta atrás que ayer me parecía aceptable y hoy me parece inacabable. En otoño necesito mimos y compañía, no es que los otoños pasados los tuviese... pero la batalla diaria en casa me mantenía activa de algún modo, siempre en guardia. Este otoño estoy tranquila, sin luchas que lidiar en casa y me apetece realmente compartir las tardes de sofa y manta con "mi cielo", charlar tomando mate a la luz de las velas, escuchar música cerrando los ojos recostada sobre su pecho y dejandome llevar por los aromas dulces de naranja, jengibre y canela que me gusta hacer arder en una de esas lamparitas de aceite para que se dipersen por toda la casa.

Ahora más que nunca extraño su abrazo, me parece poder sentirlo al cerrar los ojos, pero al abrirlos la cruel realidad me recuerda que estoy sola, que él no está, que aún me quedan dos meses y medio para poder sentirle. No se, hoy se me hace cuesta arriba, hoy me siento sola, hoy le necesito, hoy quiero cerrar los ojos y despertar en Buenos Aires y que estos dos meses y medio hayan sido un simple suspiro.

3 comentarios:

bb dijo...

Pues yo te lo cambio por vuestra primavera con los ojos cerrados. ¿Hace el cambio?

grelinno dijo...

Te entiendo, yo tengo a mi A, no hace todavía frío y aún seguimos sin poner el edredón en la cama pero llevamos 3 semans sin evr el Sol, sólo gris, gris y lluvia, lluvia... es lo que más echo de menso de vivir en Sevilla, el poder ver el Sol todas las mañanas poruqe auqnue parezca mentira los problemas lo son menos y la vid aes más sencilla con el Sol salud´nadote todos los días... eso sí, el otoño no va a ser largo apar nada, que las NAvidades está ahí y con ellas tu cielo. besos

bb dijo...

Navidad, Navidad, dulce Navidad...que ganas tengo de que llegue este año, Grelinno.