28.9.04

Mateando a solas

Hace tiempo puse un post sobre el mate...pero el texto no era mío. Mi iniciación en el mate fue cuanto menos cómica.

Hacía como 4 meses que conocía a "mi cielo". Teníamos por costumbre hablar unas 3 o 4 horas diarias por msn. La mayoría de las veces él lo hacía desde su cybercafé por la mañana de "allá" temprano cuando llegaba, me decía que se le pasaba la mañana volada dedicábamos unas 2 horas a chatear, la verdad es que yo de la tarde de "aquí" ni me enteraba. Siempre guardábamos un rato para el final del día para mi. Todas las noches sobre las 10 me encerraba en la habitación donde tengo el ordenador, mientras dejaba el resto de la casa a la merced de "Red Bull". Para mi esta habitación desde la que ahora sigo escribiendo con la puerta abierta era mi fortaleza, me sentía segura, recargaba fuerzas para continuar mi lucha hacia la libertad. "Mi cielo" y yo hablábamos hasta la media noche...a veces más. Lo curioso es que durante ese espacio de tiempo siempre se producía una parada alrededor de las 6 o 6:30 de la tarde en Buenos Aires. La verdad es que se sigue produciendo...pero hoy la entiendo, entonces me parecía algo poco común. A esa hora suele llegar de trabajar la mamá de "mi cielo" y dedican una media hora a tomar mate juntos.

Yo, ignorante en aquellos días pensaba, "Dios mío...que madre tan posesiva...es que no podra tomarse el te a solas" (perdón, perdón, perdón...¡¡¡no la hacía justicia para nada!!! Es una de las madres más abiertas y comprensivas que nunca he conocido). Así que un buen día llegó un mate a mis manos y compré yerba. En la tienda me empezaron a explicar el procedimiento y me parecio complicado así que acudí a "San Google" y encontré lo que buscaba. ¡¡Casí me hecho para atrás!! Tenía que curar el mate durante toda una noche, luego venía la dificultad de calentar el agua a la temperatura justa para que no "queme" la yerba y después el arte de cebarla. Poco a poco empecé a comprender. Mientras leía me daba cuenta de que el mate es para compartir, para unir, para conversar.

El primer día en el que "Red Bull", por fín, ya no estaba en casa, yo preparé mi primer mate según lo leido y cuidando de no cometer el gran sacrilegio de "lavar" la yerba. Como me consideraba muy "brava" me lo tome amargo...y casi tienen que venir a despegarme la lengua del paladar. Se me quedo pegada y reseca del amargor. Pero continué probando hasta dar con el gusto justo. Hoy la verdad es que empiezo a preferirlo amargo o con muy poquito azucar. La primera vez que compre la yerba me dijeron que era adictivo y no me lo creí. Pero realmente lo es. Es adictiva la costumbre de tenerlo al lado como compañía de noche mientras escribo o veo una buena película. Y no me excita como muchos sostienen que es su efecto...me relaja, probablemente como a muchos fumadores el cigarrillo de antes de irse a dormir.

A día de hoy, si las prisas me lo permiten, tomo mate cuando llego del colegio con mi hijo (aún tengo que aprender a tomarme el tiempo para relajarme cada día...pero todo se andará). Y desde este verano mi pequeño me pide cada vez con más asiduidad tomarlo él también. No le doy más de 3 y nunca de los primeros, pero se está aficionando...y no pienso quitarle el placer de esta costumbre. Le gusta con poco azucar y tibiecito, aunque también le gusta el mate cocido con leche...decididamente si que ha sacado genes míos...solo era cuestión de esperar y dejarlos aflorar. Y yo, tonta de mi, cuando le veo con el mate en la mano pienso que se está haciendo grande y que pronto habrá alguna chica que piense de mi que soy una madre posesiva por tomarnos unos mates juntos mientras charlamos cuando yo llegue de trabajar.

En Buenos Aires viví la cultura del mate de cerca. Aquí cuando alguien llega a casa le ofrecemos una cervecita...allí te ofrecen un mate y todos se sientan alrededor de la mesa y mientras el mate rueda se va conversando y se caldea el ambiente. El mate hermana a las personas, distiende la conversación y los minutos pasan sin que uno se de cuenta. No hace falta tener de que hablar, los temas salen solos. La verdad es que extraño el mate con la familia de "mi cielo" después de comer o cenar, el mate a media tarde en la cocina con su mamá charlando las dos tranquilamente...

Pero, sin duda, el mate que más extraño es el de la mañana con mi cielo, ese que encontraba preparado al salir de la ducha después de habernos dado los buenos días de la forma más bonita que existe...un mate tranquilo, sin prisas, sin demasiada conversación pero con muchas miradas complices y carantoñas mientras mirabamos que tiempo haría ese día y decidíamos si salíamos del apartamento o volvíamos bajo las sábanas. Ese mate en el que pienso cada noche mientras extrañando a "mi cielo" mateo a solas.

2 comentarios:

grelinno dijo...

Y yo, tonta de mi, cuando le veo con el mate en la mano pienso que se está haciendo grande y que pronto habrá alguna chica que piense de mi que soy una madre posesiva por tomarnos unos mates juntos mientras charlamos cuando yo llegue de trabajar. ... anda, anda, anda... que vas a ser tu una madre posesiva, para eso hay que ancer mamam y no te veo yo ene se papel... ¿sabes que em estás metiendo el gusanillo de volver al mate??. Besos

bb dijo...

UcN, es verdad! Todavía no te animaste?