26.7.04

La Garganta del Diablo



18 horas de ida y 20 de vuelta...todas merecieron la pena para poder admirar esta maravilla de la naturaleza. El viaje de ida fué magnífico, autobus coche-cama de lujo, con champange incluido, una pena que no hubiese "apartados privados" sino hubiesemos disfrutado aún más del romanticismo del momento. A la mañana siguiente, cansados pero contentos llegamos a Puerto de Iguazú, las horas tras el desayuno se hicieron interminables, por suerte los conductores de la compañía de autobuses amenizaron nuestro viaje con sus anécdotas.

Llegamos a Iguzú y tras sacar los pasajes de regereso nos dirigimos al Parque Nacional. Allí un tren nos llevaría hasta la Garganta del Diablo, la cataratá más importante del parque. Dicen que desde Brasil se admira aún mejor, pero estar allí en el nacimiento de la catarata es impresionante. Desde la estacíon del tren un puente de kilómetro y medio va atravesando el río Uruguay. A lo lejos se ven salir nubes de la tierra...es la fuerza del agua al caer que hace subir nubes que se pueden admirar desde el comienzo del puente. El agua no parece tan brava como realmente es, pero cuando uno se fija con detenimiento se da cuenta que de caer al agua estaría rápidamente a varios metros de distancia. El paseo es impresionante, los parajes dignos de admiración se van sucediendo. "Mi cielo" llevá la cámara de un lado a otro intentando retener en el vídeo todo cuanto vemos, bromeamos, nos reimos, paramos, grabamos, tomamos fotos, me da un beso...

Tras unos 20 minutos llegamos a la Garganta del Diablo, no podemos creer lo que vemos, el agua resulta fascinante, su ruido es ensordecedor, la caida del agua produce un fuerte viento y el agua que sube en forma de nube humedece nuestros rostros. Vamos de un lado a otro del mirador para ver todo lo que podemos, que realmente no es mucho, el agua impide ver el fondo de la catarata pero la sensación es única. Parece como si la tierra se hubiese abierto en canal y el agua estuviese entrando en su interior hasta el mismo centro. Cuanta fuerza y cuanto poder puede llegar a mostrar la naturaleza. No se exactamente cuanto tiempo permanecimos allí, pero fue muy bonito, muy especial, un momento y un paisaje únicos y todo ello disfrutando de la compañía de "mi cielo". He tenido la gran suerte de visitar uno de los parajes más bellos de este mundo con la persona que amo a mi lado...¿qué más puedo pedir?

1 comentario:

grelinno dijo...

Que envidia!!!!! ains, bb, cómo deseo que todo esto os salga fenomenal!!!, de verdad que lo deseo... es una historia de auténtic anovela y tu nos regalas fragmentos día a día. Besos