22.5.04

Cuando el muro cae

Cuando el muro cae deja una sensación extraña, de vacio frente a uno. Pero no un vacío negativo, no un vacío de esos en los que uno echa algo de menos. Me refiero a un vacío positivo, al horizonte. De pronto se avista el horizonte y se tiene aire, mucho aire. Y da la sensación de que los pulmones no van a poder con tanto aire. De proto hay tanto que nos ahoga.

Cuando se lleva mucho tiempo empujando el muro, y de pronto desaparece, es como si se diese un tropiezo, te precipitas hacia adelante y por unos segundos pierdes el equilibrio; hasta que el pie que tenías detras, para hacer fuerza contra el muro, da un paso adelante. Entonces equilibras el peso, alzas la vista y allí está: la vida. Tu vida frente a tí, y sólo tienes una cosa que hacer, continuar caminando y retomar su escritura.

El muro que yo empujaba ha caido, aún quedan los escombros delante de mi, que me impiden caminar con soltura, pero que voy apartando piedra por piedra, dando cada poco un paso adelante y retomando el guión de mi vida. Ahora comienza un nuevo capítulo, que espero de un giro por completo a esta novela, al menos esa es la intención de su autora: yo.

Desde que cayó el muro veo el cielo con más claridad, mi cielo, el que estaba reservado para mí y que ahora por fin casi puedo tocar. Y hacia el horizonte de ese cielo guío mi caminar, porque se que me llevará a la felicidad.

No hay comentarios: