11.5.04

La rabia

Hoy la rabia me invadió. Se hizo dueña de mi. No la vi venir y de pronto ahí estaba, retorciendome el estómago, haciendome hervir la sangre y desencajando mi cara.

Odio ese sentimiento, odio la rabia porque implica impotencia, no poder hacer frente a una situación que te supera. Cuando se te acaban las armas de la lógica, cuando lo que te hieren son tus más profundos sentimientos, cuando te hacen ser como no eres...entonces sobreviene la rabia. A mi por lo menos me pasa.

Duro cuatro interminables horas. Yo contra el mundo, el mundo contra mi. Yo sola y el mundo ahí. Odiando todo, exasperandome cualquier cosa, pagandola con aquellos que menos lo merecen. Con los que son en ese momento más débiles que yo. Y lo peor, dejando que mi contrario, mi atacante me ganase la partida. Porque me había roto los esquemas, me había desarmado me había dejado sin recursos y punzado en mi interior.

Menos mal que volvi a mi, logré llegar a mi remanso de paz. Y allí en mi lugar privado, el que nadie puede robarme, el que solo me pertenece a mí, volvia a sonreir a ser yo misma.

Tengo mis armas de nuevo, soy fuerte y estoy preparada, la próxima batalla no la ganará, no le dejaré. Pero si así fuese, se que siempre podré volver a ese lugar del que nadie puede privarme, y reponerme, reconstruir mis trocitos. Y así hacer frente a todas las batallas que sean necesarias lidiar para se libre y que esta rabia esta impotencia que hoy sentí, no se vuelva a apoderar de mi nunca más.

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