31.5.04

Ansiada libertad

Y por fín llegó el día. Si desde hoy a la 1 de la tarde disfruto oficialmente de esa libertad de la que vengo escribiendo en mis post. Y, ¿como te sientes? sería quizá la pregunta adecuada. Pero los sentimientos son tan complicados... Es una victoria con un cierto regusto amargo.

Pero el toque de ese amargor ha cambiado a lo largo del día. A la 1 de la tarde era un amargor opresivo y pesado, no lograba quitarme de la cabeza la sensación de culpabilidad por disfrutar de mi libertad. Ciertamente, una vez más, de todas las que fueron innumerables en los últimos años, había logrado engañarme a mí, a mi compasión y a todos los que estaban presentes. El teatro siempre se le dió bien.

Pasadas unas cuatro horas el regusto amargo de la 1 comenzó a ser más suave, al enterarme que no soy yo la única víctima de las representaciones teatrales, sino que está utilizando a una personita inocente como espectador pasivo y sufridor activo de su vil autocompasión. Naturalmente su ego le imposibilita ver el daño que hoy y en el futuro esto puede representar para quién debería ser lo más importante de su vida. Mi opresión se tiño de rabia e impotencia al saber que poco puedo hacer yo para cambiar sus palabras y sus actos.

El día siguió su transcurso y siete horas despues, me abrieron los ojos, profundizaron en mi subconsciente haciendome ver que la culpabilidad que sentía no está justificada. Hasta ahora puedo dormir tranquila, pero desde ahora debo luchar porque sus representaciones teatrales acaben, no por mi sino por esa personita que arropo cada noche enternecedida ante su sóla visión y que cruelmente están intentando arrancar de mi lado no ya físicamente, sino apelando a sus inocentes y vulnerables sentimientos.

Ahora han transcurrido diez horas y el amargor desaparece, la yerba, como en el mate, ya está lavada y mi mente se clarifica, se acabaron los días de culpabilidad y de pensar en su bienestar sacrificando para ello el mío y el de esa personita que duerme en la habitación de al lado.

Hace un tiempo no mucho más largo que la existencia de esté blog descubrí que todo puede ser diferente, que puedo amar y ser amada, que existe alguién que a pesar de estar lejos, muy lejos y a pesar de saber el difícil y largo camino que nos queda por recorrer, me demuestra día a día que le importo y que le importan mis problemas. No importa lo insignificable que sea mi preocupación, no importa lo absurdo de mis sentimientos, está ahí apoyandome, levantandome tras cada caída y sujetandome hasta que puedo volver a caminar. Cuida mi corazón y mima mi alma. Es un auténtico cielo, es "mi cielo".

D.E.S., este va por tí. ¡Gracias!

2 comentarios:

Gusty dijo...

Guau! ... que suerte tiene ...
y lo bueno es que esta siempre.
No dejes de estar para él.

bb dijo...

Gusty, seguiré tu consejo, no lo dudes. No pienso dejar de estar para él siempre que me neciste.

Diego, para tí el más dulce de los besos.