Es algo indescriptible, algo que aunque últimamente lo siento a diario, no deja de sorprenderme cada vez. Lo tenía olvidado y creia que estaba únicamente reservado para un momento determinado en la vida. Convencida estaba de que, a partir de una determinada edad, a partir de un determinado punto, este sentimiento ya no volviá. Quedaba simplemente en el recuerdo, como algo precioso que se tuvo y que se recuerda con nostalgia y cariño. Me refiero a las mariposas en el estómago que se sienten cuando sabes que vas a ver a la persona que amas o cuando la escuchas...o en mi caso incluso cuando la leo.
Ocurrió de pronto, sin quererlo sin pensarlo, es más, sin reconocerlo...allí estaba ese sentimiento en el estómago que me impedía hasta comer. Comencé a adelantar mi horario de comida porque según se acercaba la hora de nuestra cita diaria era incapaz de probar bocado y las horas que seguían a nuestro encuentro menos aún. Luego reconocí de que se trataba, eran las mariposas que sentía cuando tenía 16 o 18 años. Sorprendida constate que me estaba enamorando. ¿Yo? ¡Si, yo! Era aun posible sentir así de intenso.
Es cierto que, por suerte, las mariposas ahora ya me dejan comer, creo que me he acostumbrado a que estén ahí haciendome compañía. Hay momentos en que las siento con más intensidad, al despertar, al acostarme, al tomar los pasajes que me reunirán con él en mis manos...pero hay unas de esas mariposas que me siguen sorprendiendo, desprevenida un par de veces al día y que saltan en mi interior y casi tengo que frenarlas para que no salgan por mi boca. Ocurre cuando leo sus palabras, da igual si on-line o por e-mail, y no es con palabras concretas, es porque puedo notar como sus sentimientos atraviesan la pantalla del ordenador y casi mágicamente se transforman por un milisegundo en sus labios que me dan ese beso que me envía o en sus manos que me acarician el alma.
Ahí están sólo estaban dormidas, mis mariposas, él las despertó y espero que nunca más vuelvan a dormir.
3 comentarios:
Borges escribió sobre el amor: "Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo (...) Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo..."
El amor que, de alguna manera, siempre nos devuelve un poco de nuestra adolescencia, ¿no crees bb?. Nos revoluciona el cuerpo pero, sobre todo, el alma. Mariposas en el estómago... Igual que ayer porque el amor, de alguna manera, nos devuelve la capacidad de soñar, nos devuelve al punto de partida de la primera vez que nos enamoramos: las mariposas, las palabras que creíamos que jamás volveríamos a pronunciar, casi infantiles, casi inmaduras, el alma agitada, el tiempo que se mide por otros criterios inexplicables...
Disfruta de tus mariposas, bb... Me sumo a tu deseo de que nunca más vuelvan a dormir...
Un beso.
Ancora
creoq ue una de esas mariposas se te ha escapado y ha sido la que ha escrito tu post. Saludos
Ancora, gracias por tus deseos. Tus posts hacen que mis mariposas vuelen muy alto, cada día.
Grelinno, creo que se me han escapado todas hoy...andan de un revolucionado últimamente, jejejej.
Publicar un comentario