Y me dejé llevar y me dejé caer...

Ayer volví a remover un poquito el pasado, pero no el pasado que guardé en las cajas, ese lo tengo bien encerrado y en el desván del olvido. El pasado-presente, eché la vista un par de meses hacia atrás, para recordar como he llegado hasta aquí, hasta hoy, hasta este sentimiento de felicidad y sosiego que me llena.

Ciertamente es imposible determinar la línea que separa las distintas fases por las que he...que hemos pasado. Todo han sido pasos que cada uno fue dando en el momento justo y que si se hubiesen dado en otro momento quizá no estariamos hoy aquí. ¿Lo que más me sorprende de todo? Que por primera vez no hay uno que de más, que arriesgue más, que se exponga más...existe un equilibrio. Hemos ido abriendo puertas, cada día, sin un orden determinado, sin una estrategia, sin peros, sin cuestionarnos que ocurrirá si la dejo abierta, sin pensarlo, por puro instinto...

Otras veces tuve siempre la sensación de que yo era la única que dejaba puertas abiertas, otras veces buscaba estrategias para llegar a la meta... ¡Increible! Hasta me cuesta pensar que una vez (unas cuantas...,si soy sincera, todas las veces hasta ahora) pense en la persona que quería a mi lado como en una meta. Algo que se consigue a través de una estrategia muy pensada...¡que horror!

Hoy ya no pienso así, ya no soy capaz de pensar que pueda existir otra forma de amar y ser amado que la que estoy sintiendo. Es una forma que lo abarca todo: amistad, comprensión, cariño, deseo, amor, pasión, sinceridad, compartir hasta la más insignificante de las preocupaciones, cuidar del otro...Se que algunos dirán: "Claro, ¡lógico!" Si es así sois afortunados, todo esto que parece tan obvio no lo tuve nunca junto en una sola persona hasta ahora. No nos pedimos nada y nos lo damos todo...

Cuando le conocí simplemente me dejé llevar y me dejé caer...y él estaba ahí, con los brazos y el corazón abiertos, esperándome.